La vida del suelo!

Este es un súper gran tema, que lamentablemente ha sido olvidado por años, restándole la importancia que realmente tiene y acarreando consecuencias muy negativas para nuestros suelos desde los manejos agrícolas, como las quemas, el laboreo intensivo, el uso desmedido de fertilizantes solubles, la perdida de materia orgánica, entre otros.

Al desestimar el rol de la microbiología del suelo entramos en un círculo vicioso, ya que un suelo muerto pierde fertilidad, pierde su estructura, pierde su dinámica natural, pierde su capacidad de fijar carbono, ciclar la materia orgánica y pierde su equilibrio natural. A lo que los agricultores convencionales responden con un uso aún más intensivo de “Biocidas” y fertilizantes solubles, creyendo que por ahí va la solución, encareciendo  las faenas productivas, que al mismo tiempo van decayendo en productividad y así, poco a poco el campo se va agotando y las generaciones jóvenes prefieren migrar a la ciudad que vivir de la herencia que están recibiendo, derivada de malas prácticas agrícolas, instauradas por la agro industria.

Solo por dar un ejemplo, existe un mecanismo que se conoce como “exclusión competitiva” que explica porque un suelo vivo, donde coexisten múltiples tipos de microorganismos, es menos susceptible a la presencia descontrolada de microorganismos patógenos. Esto ocurre ya que al haber tanta diversidad de formas de vida en el suelo, ninguna es capaz de “robarse la película” y atacar severamente nuestros cultivos, ya que todos los nichos del suelo están ya ocupados por un gran número de microrganismos que interactúan manteniéndose en equilibrio.

Dentro de los microorganismos del suelo que se conocen podemos mencionar hongos, bacterias, actinomycetes, levaduras, algas y protozoos, sin embargo muchos estudios revelan que son muchos más los que desconocemos!

Biocarbón lleno de vida

Algunas de las funciones de la microbiología de suelos son la solubilización de nutrientes, la quelatación de minerales, la descomposición de materia orgánica, la fijación de nitrógeno atmosférico, la secreción de sustancias promotoras del crecimiento, formación de la estructura, control de patógenos, mejorar la absorción de agua, entre muchas otras!

Un suelo sano debe tener una carga de vida que oscila entre 10^4 y 10 ^7 Unidades Formadoras de Colonia (UFC) por gramo de suelo. Esto es entre 100 mil y 100 millones de UFC por cada gramo de suelo!! Es decir, es suelo esta super vivo!!

Sabiendo esto, es que nosotros decidimos hacer agricultura probiótica, que fomente la microbiología del suelo, pero que podemos hacer en concreto para devolver la vida a nuestro suelo o sustrato?  Que hacer para mantenerla o conservarla? Que prácticas son recomendables para cuidar la vida del suelo?

Si tú suelo o sustrato está muerto o tu sustrato viene esterilizado, puedes agregar inóculos de microorganismos como nuestro Biocarbón, que además mejora las características físico químicas del suelo o sustrato.

Agregar abonos orgánicos como Bokashi, compost o humus, también pueden aumentar la carga microbiológica, pero al mismo tiempo estimular la microbiología que tu suelo o sustrato ya tenga, ya que son grandes aportes de materia orgánica que es como la casa de la microbiología en el suelo.

Mantener el suelo siempre cultivado es de gran ayuda ya que muchos de estos microorganismos benéficos se asocian los las raíces de las plantas ya que estas les brindan fotosintatos a cambio de minerales y otras sustancias que los microorganismos producen para estimular el desarrollo de las plantas.

 

Por último, mantener el suelo cubierto con una cobertura vegetal a modo de mulch  genera las condiciones propicias para el desarrollo de los microorganismos benéficos! Ya que homogeniza la temperatura del suelo, reduce la incidencia directa de la radiación solar y es un aporte de materia orgánica constante para la microbiología.

Muchas veces nos preguntan por los “pelitos blancos” que aparecen sobe el suelo o sustrato al aplicar Abono Bokashi o Biocarbón.

Estos pelitos blancos  son las hifas o micelio de hongos, que corresponde a la estructura vegetativa de estos. Existen miles de tipos de hongos del suelo y muchos nunca los veremos, así como tampoco veremos a la rizobacterias a simple vista, es por eso que nos asombramos cuando aparecen y creemos que está mal y que dañarán a nuestras plantas. Pero no! Todo lo contrario! Coexisten aunque no los veamos y se asocian generando solo cosas positivas para nuestras plantas y nuestro suelo o sustrato.

Por último, nos preguntan mucho por un buen sustrato y nuestra respuesta siempre será, el que está vivo!

 

Pablo Samur

Ing. Agrónomo.